Hoy lunes es el feriado por el Día Internacional del Trabajador, pero el primero de mayo es este miércoles, lo que le resta trascendencia y genera confusión a una fecha que conmemora las luchas por las reivindicaciones de los que trabajan.

Muchas veces la gente no termina de saber qué se celebra en un día determinado, en este caso distinto al histórico primero de mayo. Lo mismo acontece con otros hitos significativos, como el día de Duarte, de la Constitución, de la Restauración y hasta los propios Reyes Magos.

Poco a poco se ha ido perdiendo la esencia de la dominicanidad, que incluye costumbres y tradiciones, que tiene componentes profundamente humanos y no se le da perdurabilidad en el tiempo a nuestra memoria histórica.

En el meollo del tema está si verdaderamente el legislador abarcó más de la cuenta con la Ley No. 139-97, inspirada únicamente en que no fueran afectadas las industrias de ciclo continuo.

Ciertamente, en desdeño de cualquier otra consideración y con un exagerado “fervor patriótico”, en todos los considerandos de esa ley se pone el acento en no desorganizar el ritmo laboral, tanto así que recomienda que la mejor forma de honrar a nuestros próceres y sus gestas, es con el trabajo como forma de incrementar las riquezas nacionales.

Con este feriado movido por el primero de mayo, quizá haya llegado el momento de retomar y ampliar la discusión de un proyecto de ley con el que el Instituto Duartiano ha sido insistente, en el que propone restaurar la inamovilidad de la fecha patria del día 26 de enero.

En cierta medida con la Ley No. 139-97 se ha ido perdiendo nuestra idiosincrasia al desterrar tradiciones y costumbres mientras, paradójicamente, se asumen fechas y patrones extranjeros que nos son ajenos.
Entre los días que deberían ser inamovibles hay que incluir el primero de mayo, cuyos actos, ofrendas y manifestaciones callejeras están en agenda para el miércoles.

Sucede que la modificación de los feriados termina por vaciar de significado esas fechas, que no debieran ser simples descansos sino más bien jornadas de reflexión, que rescaten la memoria de los que pelearon para que los trabajadores puedan desempeñar sus labores en condiciones más dignas y más humanas en el caso del primero de mayo, o para honrar a nuestros próceres cuando se trata de las fiestas patrias.

Posted in Editorial

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas