Mal se podría pedir al Ministerio Público que no ejerza sus funciones y a la justicia que pause, pero se necesita suficiente delicadeza y sentido común para entender que estamos en el tramo final de una campaña electoral con intereses de todo tipo en juego. Por eso mueve a suspicacia que precisamente ahora involucren a Rafael Calderón, candidato a senador por el PLD en Azua, en el caso de supuesta corrupción llamado Calamar, en el que figuran Donald Guerrero y José Ramón Peralta. ¿Y si a la Pepca le coge con acusar de forma selectiva a determinados candidatos opositores bien posicionados? Dicen que en Azua el candidato a senador por el PRM está de plácemes con esa manita que le han dado desde el Ministerio Público “’independiente”.