No es ningún hecho doméstico violento ni sangriento, pero puede calificarse como una verdadera tragedia la estafa multimillonaria de que han sido objeto cientos de dominicanos residentes en Estados Unidos a través de una red mafiosa que les ofrecía atractivas ofertas inmobiliarias que solo existían en sus mentes de consumados fabuladores.

Para algunos de los estafados es un irreparable percance porque habrían invertido los ahorros de toda una vida, reunidos con muchas limitaciones y confiados de ver algún día cumplido el sueño de regresar a su tierra natal y tener techo propio.

La justicia tiene que dar un ejemplo, y ojalá que esta clase de engaño nunca más se repita.

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