República Dominicana se apresta, a partir del domingo 4 y durante otros dos días, a convertirse en la capital internacional del derecho por la celebración del Congreso Mundial del Derecho, que reunirá a más de 300 invitados de 70 países diferentes.

La convocatoria para este año, el evento es bianual y el anterior fue celebrado en Nueva York, tiene de peculiar que por primera vez será abierto a toda sociedad, por lo que además de profesionales de la esfera jurídica recibirá a empresarios, economistas, profesionales de distintas disciplinas, académicos y estudiantes.

Los principales debates en 52 paneles girarán en torno a la defensa de la supremacía del Estado de derecho sobre el imperio de la fuerza, lo que adquiere particular relevancia en el actual contexto de la geopolítica, signado por relaciones internacionales difíciles debido al momento delicado y de incertidumbre que se vive.

Son altas las expectativas que este evento ha creado, en el que según informa Ángela Montoya, directora ejecutiva del congreso, se contará con la presencia de 50 presidentes de altas cortes, que desarrollarán una agenda en la que, entre otros temas centrales, figuran la inteligencia artificial y los derechos humanos y electorales, acontecimientos geopolíticos, principios constitucionales universales y práctica corporativa y Estado de derecho, abordados en catorce salas simultáneas.

Este Congreso Mundial del Derecho, en honor a las universidades, tendrá su apertura el próximo domingo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo a las 6:00 de la tarde y continuará el lunes en la Universidad del Caribe, que aprovechará el evento para inaugurar un nuevo edificio.

Sería ocioso destacar la importancia de un acontecimiento como este, en el que el abordaje de los derechos humanos fundamentales se convierte en el tema principal de análisis y debate de las más destacadas personalidades del ámbito jurídico internacional.

Que Santo Domingo se convierta en la capital mundial del Derecho será de por sí un hecho trascendente por la relevancia y prestigio que tiene este congreso.

Es de esperar el aporte y la colaboración de todos y cada uno de los dominicanos, no solo de los vinculados directamente a la actividad. Asimismo, la ocasión debiera servir también para enseñarles a nuestros invitados que el Estado de derecho en que vivimos es una realidad visible y concreta.

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